miércoles, 14 de junio de 2017

Las mujeres de mi vida.

Por: Oralia González
 
Una vez una mujer de mi vida me dijo: "No volví a tener una relación porque si te daba un padrastro tenía miedo que te violara", con los años comprendí que el miedo a la violación era real, en una sociedad donde los abusos sexuales a la niñez son cometidos por las referencias masculinas más cercanas: el papá, el abuelito, el tío o los padrastros.

A esta mujer de mi vida el entorno tan violento le amputo su derecho al afecto, a ser amada y a la sexualidad, el ejercicio de la maternidad esta imprenado hasta los huesos de sacrificio: dar el cuerpo, anular las emociones y la individualidad de las mujeres, no es un sacrificio consciente que esta en nuestros genes sino una imposición de la desigualdad. 

Foto: Yaser Morazán

Escuche muchas veces decir a las mujeres de mi vida: "Yo soy madre antes que mujer", su identidad como personas fue construida alrededor de este rol, siempre fueron las madres de, trabajaron para darles de comer a sus hijos y vivieron por ellos. 

Las mujeres de mi vida son el resultado de una sociedad que no las dejo soñar.
Una de ellas una vez me contó que le gustaba estudiar y cuando termino la primaria su maestra le dijo a su Papá: "Puede vender una vaca para que su hija vaya a la ciudad a continuar estudiando", su Papá respondió que: "Es suficiente con que sepa leer y escribir", ese día le cortaron las alas para que no aprendiera a volar.

Pero esta mujer de mi vida se resistió y en cambio siempre me alento a estudiar, decía que desde que me tenía en la panza imaginaba otro futuro posible para mí.

Las mujeres de mi vida fueron siempre las luchonas y las guerreras, a veces se creían tan poderosas que decían que podían ser "padre y madre" que ellos los grandes ausentes no eran necesarios que tenían suficiente amor para nosotros. 

Cuando crecí y a la vez comence a sanar los grandes huecos emocionales de la ausencia paterna, comprendí lo pesada de la carga de las mujeres de mi vida, no bastaba ser la madre sino debían ser también el padre ausente a quién socialmente no se le inculco "el instinto paternal" y a quién no le dijeron desde niño que: "ser padre es lo más hermoso que te puede pasar en la vida" o "no estás realizado hasta que no sos padre".

Foto: Yaser Morazán
Las mujeres de vida, son muchas, con distintos rostros y voces, en el tiempo las he visto tejer silencios y culpas, también las he visto mantener encendido un fuego de amor entre ellas que las ha ayudado a sobrevivir. 

En mis primeros pasos fuera del nido, quisé ser como ellas, pensé que si yo era lo suficientemente buena, no me pasaría lo mismo, pero no fue así, el mundo seguía pensado en masculino.

A veces fantaseo e imagino como hubiera sido la vida de estas mujeres con una familia, escuela y entorno que las motivara a crecer y a volar, que les diera el derecho a elegir sobre sus vidas y cuerpos, mientras tanto mi forma de honrarlas ha sido romper con los aprendizajes que ancestralmente le enseñaron a ellas y ellas a mí.

Aprendí a rebelarme, a alzar la voz, a decir: no quiero, no me gusta, no puedo, no. Aprendí a no callar de la mano de otras mujeres.













































1 comentario:

  1. Las manoseaba
    08 de Octubre del 2011 - 23:04 Periodista
    La policía de la comisaría de El Agustino intervino al residente de Medicina, Angel Emanuelle Velarde Muñoz (25), acusado de realizar tocamientos indebidos en sus partes genitales a 4 pacientes del pabellón de Ginecología del Hospital Hipólito Unánue.
    Según los agentes, el jefe de seguridad del referido nosocomio Carlos Ruiz Valentín (40), denunció el hecho al tomar conocimiento de lo ocurrido por denuncia de las agraviadas, Yuriko T. D. (22), Diana L.C. (28), Lindi Castro G. (28) y Hely P. M. (24) de los pabellones B-1 y B-2. 'Apagó las luces para tocarnos', manifestaron.

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