viernes, 19 de mayo de 2017

Lo confieso: leí a Paulo Coelho, ¡ perdonenme la vida !

Por mí culpa, por mí culpa, por mí gran culpa, sí lo leí, leí casi todos sus libros: El alquimista, Verónica decide morir, Once minutos, El zahir y me encantaban, lloraba, me emocionaba, retomaba sus frases y luego las repetía como mi filosofía de vida, fue etapa Coeliana bastante intensa.


Era de esperar que mis primeras experiencias con la lectura comenzarán de la mano de Paulo Coelho, el sistema "des-educativo" en mi formación primaria y secundaria carecía y me atrevería a decir que aún carece, de políticas de enseñanza que motiven a la niñez a formarse en el hábito de la lectura, de forma recreativa, divertida y placentera, leer como yo lo recuerdo siempre consistió en memorizar, en una tarea aburrida y libros que no me invitaban a fantasear o a soñar.

En mi casa la situación no era tan distinta, mi Papá no sabía leer, ni escribir y mi Mamá se ocupaba de las tareas más urgentes que en nuestros países significan: sobrevivir, esos primeros espacios de socialización escuela y la casa, por unas u otras razones no tuvieron un rol activo para fomentarme el hábito de la lectura.  

Mi metamorfosis como lectora comenzó bastante grande a los veintiún años,  mis intereses en ese momento y mi forma de ver el mundo me llevaron a creer que Coelho era el más grande escritor sobre la faz de la tierra, como cuando empezás a llamar "buenos polvos" a tus primeras experiencias sexuales.

Libros como los de Paulo Coelho tienen una misión en la vida, quizás sea acompañar los primeros pasos torpes para iniciar a leer, Coelho estaba en mi destino y seguirá estando en el destino de muchas lectores, como producto de sistema social y educativo que no fomenta la lectura no iba a iniciar a leer a Carlitos Marx o Jean Paul -Sartre (bueno tampoco los he leído), no satanizaría los libros de Coelho no existe ningún libro maldito, lee todo, que luego poco a poco se va desarrollando un filtro, un olfato y en ese camino te vas encontrando con otros autores y vas creciendo como lector.

Hay que leer no como tarea y se tiene que empezar por algo que te gusta, que te atrae, pero no parar, sino pensar que la lectura y el aprendizaje es una constante en movimiento, como la metamorfosis de la mariposa, yo aún sigo en la fase de la pupa.

Después de Coelho en mi "etapa de búsqueda espiritual" me encontré con Antony de Mello, sacerdote jesuita y psicoterapeutico que escribe libros sobre espiritualidad y ahí fue que me dí cuenta que Coelho con sus historias rosadas y el cliché del positivismo le quedaba pequeñito, pero eso no lo hubiera sabido: primero sino comenzaba a leer y sino dejaba que un libro inicial me conectará con otros en una cadena interminable de conocimiento.

Después de mi "etapa espiritual" como lectora, vino la parte de leer novelas de autoras como: Gioconda Belli, Isabel Allende y Laura Restrepo por ejemplo, después como un proceso imparable vino mi "etapa histórica" sobre la revolución y la historia de Nicaragua, después una "etapa sobre temas sociales", feminismo, género, política y derechos humanos y aún el proceso continua y no acaba.

No sintás verguenza por leer, ningún libro es un pecado, muéstralos, presúmelos sin culpa, no sos más ni menos inteligente solo estás en el proceso.

Lo importante es leer y no parar y para ello te doy los siguientes "in-consejos":

1.- Averigua que bibliotecas hay disponibles en tu ciudad, quizás encontrés alguna forma de prestar libros con alguna recomendación.

2.- No te obligués a leer un libro en tus primeros pasos sino le entendés o no te gusta, vivítelo sin culpas. Yo aún hay libros que no he leído porque no les entiendo y no solo por parecer más culta me los voy a leer sino me conecto con ellos, leer también es crear una relación íntima que genera emociones, sino no te toca no es tu libro.

 3.- Tenés derecho a abandonar un libro que no te gusta, no terminarlo, molestarte con el autor, frustrarte, ese libro ya cumplió su función en el universo.

4.- Lee también por ocio, lee cosas vanales y superfluas.

5.- Lee varios libros a la vez, abandonalos por no entender y regresa otra vez a ellos más humilde o quizás más preparado para afrontarlos.

6.- Podés pedir orientaciones a alguien que consideres una referencia sobre determinado tema y solicitarle sugerencias sobre que libros podés leer.

7.-Presume tus libros en la fila del banco, en el bus o en alguna oficina pública, un niño te podría estar observando.

8.- Una buena forma para empezar a cambiar el mundo es motivar a la niñez a leer, si tenés una niña cerca mostrale la magia de leer y soñar con los libros.

9.- Crítica, desconfía, averigua y compara lo que lees, los libros no son verdades absolutas son formas de ver el mundo que han sido escritas por diversas personas, por lo tanto serán tantas miradas sobre un tema.

10.- Buscá a otras personas que esten leyendo lo mismo que vos y habla del libro, sus personajes y comparte las emociones, de esta forma leer sera una oportunidad para compartir.
 
11.- Y lee, sobre todo lee y no parés así es como después no seguí considerando a Paulo Coelho como mi maestro de vida y se convirtió en un autor más, pero cumplió su misión me ayudo a comenzar a leer.    

 

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