viernes, 2 de septiembre de 2016

Las 90 primaveras de Fidel Castro



Enciendo la tele, la señal no es tan buena; cambio de canal y la sintonizo mucho mejor. Otra vez un señor calvo, de lentes, que habla de forma pausada y por alguna razón me recuerda a uno de los enanitos de Blanca Nieves, esta vez es el “moderador”; las otros 4 invitados, entre mujeres y hombres, calculo que podrían ser “cinquentañeros”.

            El señor de “Blanca Nieves”; hoy tiene puesta la camiseta de árbitro, pero en otras ocasiones; pasa a ser jugador en este partido amistoso y en un intercambio de roles, los mismos invitados harán de árbitros y jugadores.

El tema en esta ocasión: “El golpe de Estado en Turquía”; en las semanas anteriores han conversado sobre: “Las futuras elecciones en Estados Unidos; el juicio político contra Dilma Rousseff y la crisis de los refugiados en Europa”, los panelistas hacen largas y apasionadas intervenciones sin ser interrumpidos entre sí, están básicamente de acuerdo en todo, ellos insisten en llamar debate a su encuentro.

Se activa el hilo conductor en mi cabeza y recuerdo lo que “Atiel” un joven economista, con quién entablamos una entretenida conversación al compartir un taxi rumbo a Santa Clara nos dijo: “Nosotros estamos enteradas de todo lo que sucede fuera de acá, tenemos una amplia visión del contexto internacional de lo que no conocemos y no se debate es de la situación política y económica de Cuba”.

En algunas ocasiones compre “El Granma”, el periódico oficial controlado por el Estado, ausente de páginas de publicidad, sección “femenina” y horóscopo de “Madame Prosilapia”, nos queda un delgado periódico.

 Los artículos hacen referencia a los avances y logros de la revolución, la situación de Venezuela, el cumpleaños número 90 de Fidel Castro (celebrado con meses de anticipación); las felicitaciones y dedicatorias a Fidel por los triunfos en el deporte; el aniversario de una fábrica que el inauguro; el día en que se expondrán las 957 fotos de Fidel, Fidel, Fidel. ¿Acaso no hay algo que los Cubanas hayan logrado sin Fidel? 

¿Será porque es un número especial son “90 primaveras”? los que cumple “El señor de los cielos” (en alusión a una serie Mexicana), “El”, “Fidel” como he escuchado lo nombran las cubanos, le pregunte, en una ocasión a “Soraya” una treintañera que conocí en la Habana, con su particular acento como atrapando y estirando la letra “CH” entre la lengua y el paladar, me responde con un gritito: 

-       ¡Que va mushasha, fue igualitico para cuando cumplió 75,88, 89 y 90!

El resorte abusador de la cama, que insiste en metérseme donde no debe, me hace salir de mi viaje interior, estando todos de acuerdo como en la “Mesa Redonda” (así se llama el programa que veíamos) decidimos que es hora de salir.

Dejamos el pequeño cuarto, adornado de afiches de un grupo de cantantes, adolescentes chinos, perfumes dulzones y paredes rosadas. 

La habitación de la hija mayor de María, dueña de la casa que no es particular y no cuenta con autorización del Estado para hospedar extranjeros. Llegamos a parar acá por una astuta maniobra de un “Jinetero” o el Rey de ellos, los “Jineteros” en Cuba son las personas que intentan ganarse la vida a costa de los turistas; son simpáticos, divertidos y tienen un buen manejo de las relaciones públicas y así suavecito, suavecito, no te das cuenta y te “jinetean”.

La nutrida, diversa y fina clase social de los “Jineteros” es digna de otra crónica, mientras tanto los dejamos ahí tranquilitos.

Bajamos unas estrechas escaleras hacia el primer piso.

-      ¡Buenos días María! Le comentamos que vamos de salida.
-  ¿Es que ustedes no piensan desayunar? nos dice, en el mismo tono universal que las Mamás utilizan para reprender afectuosamente a sus hijos.

Aceptamos el cafecito de María, médica y madre de dos hijas. La conversación comienza a fluir; mientras el hilito del humo del café desaparece en el aire.

- ¿Que celebraciones habrá por el 26 de julio? (En esta fecha se celebra el asalto al Cuartel Moncada, liderado por el Movimiento 26 de julio compuesto entre muchos otros por Abel Santamaría, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro; intento fallido que termino con la detención de los involucrados y donde Fidel hiciera su brillante autodefensa retratada en el libro “La Historia me absolverá”. El primer retoño de la revolución cubana que derrocaría la dictadura de Fulgencio Batista), lanzo la pregunta a la mesa.

Carlos, pareja de María, toma una cerveza “Hatuey” de desayuno, la que antes solo ofreció a mi compañero, al ser rechazada su propuesta, responde: 

- Lo que hay, hoy acá en grande es el Carnaval, dirigiéndose una vez más a Giuseppe continúa diciendo: Y se ven mujeres, muy guapas bailando; mientras dibujaba con sus manos en el aire la forma de una silueta femenina.

-          - Lo interrumpo diciendo: ¿Y hombres guapos habrá?, por su cara me parece que no comprendió mi sarcasmo y le vuelvo a preguntar ¿si hay alguna actividad por el 26 de julio?

-       María atrapa la pregunta y contesta que a las 6 de la mañana hubo un acto en las afueras del museo del Cuartel Moncada, donde las autoridades y un grupo de estudiantes recrean nuevamente el asalto.

Se asoma la lunita del chingaste de café en la taza, me tomo el último trago; nos dirigimos a la salida.

Decidimos tomar un taxi hacia el museo del “Cuartel Moncada”, pero debemos caminar algunas calles, Santiago de Cuba es una de las ciudades más importantes y pobladas, sin embargo a mí me parece un gran y extendido Barrio por el ambiente de colectividad que se respira, las viviendas están pegaditas una sobre otra, sin fronteras definidas; los vecinos saltan de su casa a la de al lado con total confianza.
Santiago de Cuba
Sí en mi Barrio en Nicaragua ya me parece extremo el sentido de colaboración vecinal de prestar una cebolla, la paila (sartén), un poquito de azúcar o cinco pesos, en Cuba: “Aquí se comparte, lo mío es tuyo” como dice Calle 13 en una de sus canciones; se necesita de la otra y del otro para sobrevivir.

Seguimos caminando, veo cómo se forman pequeños nidos de sillas, en donde se acomodan animados y ruidosos grupos que  plácidamente van tejiendo la conversación, al Cubano le gusta mucho hablar, habla todo el tiempo en compañía y me he percatado que algunos hablan solos para sí, lo importante es no estar callados.

            Repaso en mi mente las ciudades que hemos recorrido y pienso que no he visto “casas”, si es que podrían llamárseles así, de cartón o de zinc, en su mayoría las casas en Cuba se encuentran en muy buen estado a diferencia de edificios antiguos.

            Un grupo de cuatro niños vienen de frente a nosotros, sin camisa, a su edad el ardiente sol es cómplice de juegos, conversan animadamente supongo comentan su última travesura y pienso que, encontrándonos ya en el extremo oriente de la Isla, no he visto ni un solo niño pidiendo en la calle en estado de mendicidad, paisajes que sangran y están a la vuelta de cualquier semáforo en mi país.

Finalmente un taxi, lo abordamos rápidamente, una mujer, de espaldas anchas, el tinte color marrón empieza a abandonar las puntas de su pelo, se voltea y nos pregunta:

-       ¿Hacia dónde los llevo? Dice de forma directa y firme con un vocerrón seco y alto.
-       A estas alturas, creo haber entendido el fino entramado de la comunicación cubana, así de directo, sin rodeos y formalidades de saludos, hablan los cubanas, en coro respondemos: “ Al cuartel Moncada”

-       En el camino nos hace la clásica pregunta y ¿ustedes de donde son?, noto las ganas de conversar de la “Asela” y le doy rienda suelta a su vocación comunicativa. Continua diciendo:

“Yo pensé tú eras Venezolana por tu acento, el otro día subí una pareja de Venezolanos; comenzamos a conversar y rápido sentí eran “oposición”, yo les dije:

Yo quería mucho a tu presidente Hugo Chávez, ellos empezaron a quejarse de la situación de su país y eso sí que no lo permito y luego hablar mal de Fidel, yo les dije, ahora me escuchan o los bajo ahora mismo acá.

Venezuela esta como esta por gente como ellos, yo soy “Fidelista” y “Chavista” también, sino fuera por Fidel yo no estuviera acá trabajando y no tendría mi casa que yo construí con mis propias manos, tengo mucho que agradecerle.


-        La interrumpo con curiosidad de conocer su punto de vista y le digo: Nosotros conocimos a un taxista en la Habana que nos dijo: “¿Quieren ver cómo viven los más ricos de este país? refiriéndose a Fidel Castro, los dirigentes del Estado y militares en manos de quienes, se comenta está el floreciente negocio del turismo en Cuba”.

-       Me responde elevando una mano, como si comenzara a dar un discurso y dice: “Fidel podrá tener otros males, pero corrupto ¡no!, él vive y come como vivimos todas los cubanos. ¿Para donde se supone que llevaría Fidel esa plata que dicen que se roba? ¿Si nunca sale de esta Isla?

-       Nos acercamos a nuestro destino y me dice: “Y a tu presidente también lo quiero, ha hecho mucho por Nicaragua”

-       Ah, también sos “Danielista”, le respondo, menos mal no llegamos a ese tema antes, sino me hubieras bajado también, le digo sonriendo.

-        Se baja del taxi, le pagamos, le extiendo la mano y me dice: “No niña, la verdad que solo el que vive en su país sabe cómo es su propia situación”, su mano dura herencia de una vida llena de coraje y valentía entrelaza la mía.

El museo está cerrado, el que fuese un cuartel, fue convertido en escuela, que aún conserva las cicatrices de las balas del asalto armado, en la Cuba de la “Asela” no hondean banderas “rojinegras” afuera de las casas, las personas están más concentradas en el Carnaval y enfrente de mí se pasea una mujer gorda con un ajustado vestido de la bandera de Estados Unidos.

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