Enciendo la tele, la
señal no es tan buena; cambio de canal y la sintonizo mucho mejor. Otra vez un
señor calvo, de lentes, que habla de forma pausada y por alguna razón me
recuerda a uno de los enanitos de Blanca Nieves, esta vez es el “moderador”; las
otros 4 invitados, entre mujeres y hombres, calculo
que podrían ser “cinquentañeros”.
El señor de “Blanca Nieves”; hoy
tiene puesta la camiseta de árbitro, pero en otras ocasiones; pasa a ser
jugador en este partido amistoso y en un intercambio de roles, los mismos
invitados harán de árbitros y jugadores.
El tema
en esta ocasión: “El golpe de Estado en Turquía”; en las semanas anteriores han
conversado sobre: “Las futuras elecciones en Estados Unidos; el juicio político
contra Dilma Rousseff y la crisis de los refugiados en Europa”, los panelistas
hacen largas y apasionadas intervenciones sin ser interrumpidos entre sí, están
básicamente de acuerdo en todo, ellos insisten en llamar debate a su encuentro.
Se
activa el hilo conductor en mi cabeza y recuerdo lo que “Atiel” un joven economista,
con quién entablamos una entretenida conversación al compartir un taxi rumbo a
Santa Clara nos dijo: “Nosotros estamos enteradas de todo lo que sucede fuera
de acá, tenemos una amplia visión del contexto internacional de lo que no
conocemos y no se debate es de la situación política y económica de Cuba”.
Los artículos hacen referencia a los avances y
logros de la revolución, la situación de Venezuela, el cumpleaños número 90 de
Fidel Castro (celebrado con meses de anticipación); las felicitaciones y
dedicatorias a Fidel por los triunfos en el deporte; el aniversario de una
fábrica que el inauguro; el día en que se expondrán las 957 fotos de Fidel,
Fidel, Fidel. ¿Acaso no hay algo que los Cubanas hayan logrado sin Fidel?
¿Será
porque es un número especial son “90 primaveras”? los que cumple “El señor de
los cielos” (en alusión a una serie Mexicana), “El”, “Fidel” como he escuchado
lo nombran las cubanos, le pregunte, en una ocasión a “Soraya” una treintañera
que conocí en la Habana, con su particular acento como atrapando y estirando la
letra “CH” entre la lengua y el paladar, me responde con un gritito:
-
¡Que
va mushasha, fue igualitico para cuando cumplió 75,88, 89 y 90!
El resorte abusador
de la cama, que insiste en metérseme donde no debe, me hace salir de mi viaje
interior, estando todos de acuerdo como en la “Mesa Redonda” (así se llama el
programa que veíamos) decidimos que es hora de salir.
Dejamos el pequeño
cuarto, adornado de afiches de un grupo de cantantes, adolescentes chinos,
perfumes dulzones y paredes rosadas.
La
habitación de la hija mayor de María, dueña de la casa que no es particular y
no cuenta con autorización del Estado para hospedar extranjeros. Llegamos a
parar acá por una astuta maniobra de un “Jinetero” o el Rey de ellos, los “Jineteros”
en Cuba son las personas que intentan ganarse la vida a costa de los turistas; son
simpáticos, divertidos y tienen un buen manejo de las relaciones públicas y así
suavecito, suavecito, no te das cuenta y te “jinetean”.
La
nutrida, diversa y fina clase social de los “Jineteros” es digna de otra
crónica, mientras tanto los dejamos ahí tranquilitos.
Bajamos unas
estrechas escaleras hacia el primer piso.
-
¡Buenos
días María! Le comentamos que vamos de salida.
- ¿Es
que ustedes no piensan desayunar? nos dice, en el mismo tono universal que las
Mamás utilizan para reprender afectuosamente a sus hijos.
Aceptamos
el cafecito de María, médica y madre de dos hijas. La conversación comienza a
fluir; mientras el hilito del humo del café desaparece en el aire.
-
¿Que celebraciones habrá por el 26 de julio? (En esta fecha se celebra el
asalto al Cuartel Moncada, liderado por el Movimiento 26 de julio compuesto
entre muchos otros por Abel Santamaría, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro;
intento fallido que termino con la detención de los involucrados y donde Fidel
hiciera su brillante autodefensa retratada en el libro “La Historia me
absolverá”. El primer retoño de la revolución cubana que derrocaría la
dictadura de Fulgencio Batista), lanzo la pregunta a la mesa.
- Lo que hay, hoy acá en grande es el Carnaval, dirigiéndose una vez más a Giuseppe
continúa diciendo: Y se ven mujeres, muy guapas bailando; mientras dibujaba con
sus manos en el aire la forma de una silueta femenina.
-
- Lo
interrumpo diciendo: ¿Y hombres guapos habrá?, por su cara me parece que no
comprendió mi sarcasmo y le vuelvo a preguntar ¿si hay alguna actividad por el
26 de julio?
-
María
atrapa la pregunta y contesta que a las 6 de la mañana hubo un acto en las
afueras del museo del Cuartel Moncada, donde las autoridades y un grupo de
estudiantes recrean nuevamente el asalto.
Se asoma la lunita
del chingaste de café en la taza, me tomo el último trago; nos dirigimos a la
salida.
Decidimos tomar un
taxi hacia el museo del “Cuartel Moncada”, pero debemos caminar algunas calles,
Santiago de Cuba es una de las ciudades más importantes y pobladas, sin embargo
a mí me parece un gran y extendido Barrio por el ambiente de colectividad que
se respira, las viviendas están pegaditas una sobre otra, sin fronteras definidas;
los vecinos saltan de su casa a la de al lado con total confianza.
Santiago de Cuba |
Sí en mi Barrio en Nicaragua ya me
parece extremo el sentido de colaboración vecinal de prestar una cebolla, la
paila (sartén), un poquito de azúcar o cinco pesos, en Cuba: “Aquí se comparte,
lo mío es tuyo” como dice Calle 13 en una de sus canciones; se necesita de la
otra y del otro para sobrevivir.
Seguimos
caminando, veo cómo se forman pequeños nidos de sillas, en donde se acomodan
animados y ruidosos grupos que plácidamente van tejiendo la conversación, al
Cubano le gusta mucho hablar, habla todo el tiempo en compañía y me he
percatado que algunos hablan solos para sí, lo importante es no estar callados.
Repaso en mi mente las ciudades que
hemos recorrido y pienso que no he visto “casas”, si es que podrían llamárseles
así, de cartón o de zinc, en su mayoría las casas en Cuba se encuentran en muy buen
estado a diferencia de edificios antiguos.
Un grupo de cuatro niños vienen de
frente a nosotros, sin camisa, a su edad el ardiente sol es cómplice de juegos,
conversan animadamente supongo comentan su última travesura y pienso que,
encontrándonos ya en el extremo oriente de la Isla, no he visto ni un solo niño
pidiendo en la calle en estado de mendicidad, paisajes que sangran y están a la
vuelta de cualquier semáforo en mi país.
Finalmente un taxi,
lo abordamos rápidamente, una mujer, de espaldas anchas, el tinte color marrón
empieza a abandonar las puntas de su pelo, se voltea y nos pregunta:
-
¿Hacia
dónde los llevo? Dice de forma directa y firme con un vocerrón seco y alto.
-
A
estas alturas, creo haber entendido el fino entramado de la comunicación
cubana, así de directo, sin rodeos y formalidades de saludos, hablan los
cubanas, en coro respondemos: “ Al cuartel Moncada”
-
En
el camino nos hace la clásica pregunta y ¿ustedes de donde son?, noto las ganas
de conversar de la “Asela” y le doy rienda suelta a su vocación comunicativa.
Continua diciendo:
“Yo pensé tú eras
Venezolana por tu acento, el otro día subí una pareja de Venezolanos; comenzamos
a conversar y rápido sentí eran “oposición”, yo les dije:
Yo quería mucho a tu
presidente Hugo Chávez, ellos empezaron a quejarse de la situación de su país y
eso sí que no lo permito y luego hablar mal de Fidel, yo les dije, ahora me
escuchan o los bajo ahora mismo acá.
Venezuela esta como
esta por gente como ellos, yo soy “Fidelista” y “Chavista” también, sino fuera
por Fidel yo no estuviera acá trabajando y no tendría mi casa que yo construí
con mis propias manos, tengo mucho que agradecerle.
-
La
interrumpo con curiosidad de conocer su punto de vista y le digo: Nosotros
conocimos a un taxista en la Habana que nos dijo: “¿Quieren ver cómo viven los
más ricos de este país? refiriéndose a Fidel Castro, los dirigentes del Estado
y militares en manos de quienes, se comenta está el floreciente negocio del
turismo en Cuba”.
-
Me
responde elevando una mano, como si comenzara a dar un discurso y dice: “Fidel
podrá tener otros males, pero corrupto ¡no!, él vive y come como vivimos todas
los cubanos. ¿Para donde se supone que llevaría Fidel esa plata que dicen que
se roba? ¿Si nunca sale de esta Isla?
-
Nos
acercamos a nuestro destino y me dice: “Y a tu presidente también lo quiero, ha
hecho mucho por Nicaragua”
-
Ah,
también sos “Danielista”, le respondo, menos mal no llegamos a ese tema antes, sino
me hubieras bajado también, le digo sonriendo.
-
Se
baja del taxi, le pagamos, le extiendo la mano y me dice: “No niña, la verdad
que solo el que vive en su país sabe cómo es su propia situación”, su mano dura
herencia de una vida llena de coraje y valentía entrelaza la mía.
El museo está
cerrado, el que fuese un cuartel, fue convertido en escuela, que aún conserva
las cicatrices de las balas del asalto armado, en la Cuba de la “Asela” no
hondean banderas “rojinegras” afuera de las casas, las personas están más
concentradas en el Carnaval y enfrente de mí se pasea una mujer gorda con un
ajustado vestido de la bandera de Estados Unidos.
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