domingo, 31 de marzo de 2013

Las compras y las mujeres en acción en Estados Unidos.


Hoy hablaba con un amigo, sobre ¿razones para escribir? Le decía, que la memoria histórica de nuestras vidas se hace visible en palabras escritas, igual que las ideas, escribir para mí también sería traducir en palabras las emociones, las historias y las vivencias. Y como tengo tantas acumuladas en un cofre quiero abrirlo y compartirlas con quién tenga curiosidad de leerlas.

Estuve tres semanas en los Estados Unidos de Norteamérica, siendo parte del Programa de visitantes internacionales- Mujeres en acción que reunía a 84 mujeres Liderezas de todo el mundo, que integran Partidos Políticos, Funcionarias de Estado, Empresarias y de los Movimientos Sociales, todo ello con el objetivo de promover la participación política de las mujeres en estos ámbitos, conocer el sistema político de Estados Unidos y yo le agregaría amarrar lazos de interculturalidad más allá de las fronteras físicas entre las mujeres.

Cuando una viaja, a otros lugares, llevamos también en la mochila, nuestras ideas, costumbres buenas o malas, sentimientos, condición social-económica  y recuerdos, estás fusionada a esas otras realidades y contextos, generan muchísimas reflexiones, por lo tanto desde mi mirada compartiré lo vivido, lo sentido y lo dolido también.

El consumo, me consume. (Tomas Mouilian)

Este es el título de un ensayo de un sociólogo y profesor actual de Chile, compartido precisamente por una amiga de ese país del sur, como el título caía “como anillo al dedo” Marcela, decidió sortearlo, por la relación que tenía con las transformaciones que sufrimos todas en los centros comerciales frente a las miles de ofertas de hasta 80 y 50% de descuento y bajo la lógica de: “aquí es más barato que en nuestros países”, hasta la que se atrevió a declararse en resistencia frente a las compras, termino comprando.

Ir de compras forma parte de una de las actividades cotidianas en Estados Unidos, comprar funciona también como un proceso socializador, los grupos de adolescentes, madre e hijas, amigas y la familia se reúne en los Centros Comerciales espacios en donde todos los servicios se juntan, si te cansas de comprar, podes ir a comer o darte un masaje, igual que en los Centros Comerciales de mi país. Sin embargo la promoción publicitaria para comprar es alucinante, en uno de los manuales para las visitantes mencionaba como actividad recreativa: “ir de compras” los guías turísticos sugerían en igual orden ir de compras y visitar un museo.

¿Qué compramos las mujeres?

Las atractivas ofertas, incitan la compra, entre mujeres experimente que comprar en este país, genera un sentido de pertenencia, al final del día, cada una empieza su exposición de los trofeos de oferta adquiridas frente a las demás, ¿quién lo encontró más barato? Luego todas decimos, que fue una buena compra, lo que quizás merma el sentido de culpa, pero a la vez se pregunta en qué lugar se encuentra, para poder ir a comprarlo al día siguiente, este es un círculo que reafirma una y otra vez que comprar es bueno, quizás las empresas publicitarias lo supieran antes que yo. ¿Por qué las mujeres somos el blanco de la publicidad comercial? me di cuenta que las mujeres no solamente compramos para nosotras mismas, que de hecho también el sistema nos ha socializado que “necesitamos”  más productos y cosas para vernos atractivas, cosméticos, maquillaje y ropa interior, las mujeres compramos para nuestras parejas, las hijas e hijos y artículos para el hogar.


El consumo está fuertemente ligado a la identidad y cotidianeidad de la vida norteamericana, absolutamente todo invita  a comprar, a estar a la moda, a pertenecer al grupo de las bellas y exitosas. Todos los productos son hecho en China, llevando al máximo la comercialización de todos los productos, siento que las cosas pierden identidad propia e historia que si tiene: una carterita tejida por mujeres de las Comunidades del Chile o de Molino Norte en Matagalpa, para mí es cuando una cosa tiene historia o energía, por tal razón comprar un recuerdito y que esté tenga historia y fuerza para compartirlo no tiene mucho significado, ya que la globalización ha logrado que también lo encontremos en nuestro países.

La sorprende mezcla de Arte y consumo.

Visite varios museos: El de Historia Natural, Museo del Indio Americano en Washington D.C y el Museo de Arte Contemporáneo Moma en New York, en este sentido es admirable el compromiso con la educación y promoción del Arte, los museos no son aquellos aburridos llenos de cosas viejas, grises y con olor a moho, son interactivos podes tocar las esculturas así sentirlas y conocerlas, ver un documental en una sala de cine, jugar a tomarte una foto y ver como seria tu aspecto como una mujer primitiva. El estilo de Hollywood en las películas, es llevado al máximo en los museos, en la entrada del museo de Historia Natural, podes encontrar en tamaño gigante la réplica de un elefante llamado: Henry y así todo en tamaño gigante, creando escenarios impresionantes con los fósiles de los dinosaurios, en este lugar se grabó la película: “El museo”. Observé que las familias llevan a sus niñas y niños a los museos, que incluyen juegos interactivos para la niñez, los que les permite que aprender de historia y arte no se convierta en una actividad aburrida. Todos los museos tienen tiendas para que podas comprar un “recuerdito” de tu visita o más, porqué podes encontrar también productos inesperados que encontras en cualquier otro sitio pero con la marca del museo que corresponda.

En Broadway- Nueva York el programa incluía la oportunidad de ver una obra de teatro, yo vi “El fantasma de la ópera” impresionante e inolvidable, el escenario adquiría mil formas y vidas, saliendo candelabros del piso del escenario, balsas, puertas inesperadas y puentes yo allí era una niña presenciando lo inimaginable y lo fantástico.

Al final de la obra el actor, el Fantasma de la Opera salía del telón a invitar al público a colaborar comprando un bolso, llavero, un peluche de un monito objeto representativo en la obra y prendedores de la obra, todo con el fin de colaborar con las personas con VIH, compra con una causa social, pero finalmente consumo y mercantilización de lo social.

El efecto adormecedor de consciencia.

Volviendo a los Centros Comerciales, que tienen la capacidad de hacerte olvidar el tiempo, el primer día pasamos 6 horas en el, eso me pareció alucinante, reflexione que comprar te puede abstraer de otras realidades de desigualdad e injusticia y surte el efecto de adormecer consciencias e ideas, por el sentido de bienestar que ir de compras genera. El círculo de vida sería trabajar para comprar y para pertenecer porque esas son las reglas del sistema.


La cultura de consumo, está tan inmersa en la consciencia de las personas, que se reduce a la capacidad de compra, quizás dejando a un lado otros valores en nuestra condición de seres humanas. Pero finalmente una de las Economías todavía más fuertes del mundo necesita sostenerse de la promoción del consumo.

Tomada en en Centro Comercial "Pentagon City"- Washintong D.C
P.D En la visita al Departamento de Estado en la Casa Blanca también encontramos llaveritos, lápices, gorras y camisetas, una en color rosado “para niña” decía: “Yo seré la próxima secretaria de Estado”

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