Hoy
hablaba con un amigo, sobre ¿razones para escribir? Le decía, que la
memoria histórica de nuestras vidas se hace visible en palabras escritas, igual
que las ideas, escribir para mí también sería traducir en palabras las
emociones, las historias y las vivencias. Y como tengo tantas acumuladas en un
cofre quiero abrirlo y compartirlas con quién tenga curiosidad de leerlas.
Estuve
tres semanas en los Estados Unidos de Norteamérica, siendo parte del Programa
de visitantes internacionales- Mujeres en acción que reunía a 84 mujeres
Liderezas de todo el mundo, que integran Partidos Políticos, Funcionarias de
Estado, Empresarias y de los Movimientos Sociales, todo ello con el objetivo de
promover la participación política de las mujeres en estos ámbitos, conocer el
sistema político de Estados Unidos y yo le agregaría amarrar lazos de
interculturalidad más allá de las fronteras físicas entre las mujeres.
Cuando
una viaja, a otros lugares, llevamos también en la mochila, nuestras ideas,
costumbres buenas o malas, sentimientos, condición social-económica y recuerdos, estás fusionada a esas otras
realidades y contextos, generan muchísimas reflexiones, por lo tanto desde mi
mirada compartiré lo vivido, lo sentido y lo dolido también.
El
consumo, me consume. (Tomas Mouilian)
Este
es el título de un ensayo de un sociólogo y profesor actual de Chile,
compartido precisamente por una amiga de ese país del sur, como el título caía “como
anillo al dedo” Marcela, decidió sortearlo, por la relación que tenía con las
transformaciones que sufrimos todas en los centros comerciales frente a las
miles de ofertas de hasta 80 y 50% de descuento y bajo la lógica de: “aquí es
más barato que en nuestros países”, hasta la que se atrevió a declararse en
resistencia frente a las compras, termino comprando.
Ir
de compras forma parte de una de las actividades cotidianas en Estados Unidos, comprar
funciona también como un proceso socializador, los grupos de adolescentes,
madre e hijas, amigas y la familia se reúne en los Centros Comerciales espacios
en donde todos los servicios se juntan, si te cansas de comprar, podes ir a
comer o darte un masaje, igual que en los Centros Comerciales de mi país. Sin
embargo la promoción publicitaria para comprar es alucinante, en uno de los
manuales para las visitantes mencionaba como actividad recreativa: “ir de
compras” los guías turísticos sugerían en igual orden ir de compras y visitar un
museo.
¿Qué
compramos las mujeres?
Las
atractivas ofertas, incitan la compra, entre mujeres experimente que comprar en
este país, genera un sentido de pertenencia, al final del día, cada una empieza
su exposición de los trofeos de oferta adquiridas frente a las demás, ¿quién lo
encontró más barato? Luego todas decimos, que fue una buena compra, lo que
quizás merma el sentido de culpa, pero a la vez se pregunta en qué lugar se
encuentra, para poder ir a comprarlo al día siguiente, este es un círculo que
reafirma una y otra vez que comprar es bueno, quizás las empresas publicitarias
lo supieran antes que yo. ¿Por qué las mujeres somos el blanco de la publicidad
comercial? me di cuenta que las mujeres no solamente compramos para nosotras
mismas, que de hecho también el sistema nos ha socializado que “necesitamos” más productos y cosas para vernos atractivas,
cosméticos, maquillaje y ropa interior, las mujeres compramos para nuestras
parejas, las hijas e hijos y artículos para el hogar.
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El
consumo está fuertemente ligado a la identidad y cotidianeidad de la vida
norteamericana, absolutamente todo invita a comprar, a estar a la moda, a pertenecer al
grupo de las bellas y exitosas. Todos los productos son hecho en China,
llevando al máximo la comercialización de todos los productos, siento que las
cosas pierden identidad propia e historia que si tiene: una carterita tejida
por mujeres de las Comunidades del Chile o de Molino Norte en Matagalpa, para
mí es cuando una cosa tiene historia o energía, por tal razón comprar un
recuerdito y que esté tenga historia y fuerza para compartirlo no tiene mucho
significado, ya que la globalización ha logrado que también lo encontremos en
nuestro países.
La
sorprende mezcla de Arte y consumo.
Visite
varios museos: El de Historia Natural, Museo del Indio Americano en Washington
D.C y el Museo de Arte Contemporáneo Moma en New York, en este sentido es
admirable el compromiso con la educación y promoción del Arte, los museos no
son aquellos aburridos llenos de cosas viejas, grises y con olor a moho, son
interactivos podes tocar las esculturas así sentirlas y conocerlas, ver un
documental en una sala de cine, jugar a tomarte una foto y ver como seria tu
aspecto como una mujer primitiva. El estilo de Hollywood en las películas, es
llevado al máximo en los museos, en la entrada del museo de Historia Natural, podes
encontrar en tamaño gigante la réplica de un elefante llamado: Henry y así todo
en tamaño gigante, creando escenarios impresionantes con los fósiles de los
dinosaurios, en este lugar se grabó la película: “El museo”. Observé que las
familias llevan a sus niñas y niños a los museos, que incluyen juegos
interactivos para la niñez, los que les permite que aprender de historia y arte
no se convierta en una actividad aburrida. Todos los museos tienen tiendas para
que podas comprar un “recuerdito” de tu visita o más, porqué podes encontrar
también productos inesperados que encontras en cualquier otro sitio pero con la
marca del museo que corresponda.
En
Broadway- Nueva York el programa incluía la oportunidad de ver una obra de
teatro, yo vi “El fantasma de la ópera” impresionante e inolvidable, el
escenario adquiría mil formas y vidas, saliendo candelabros del piso del
escenario, balsas, puertas inesperadas y puentes yo allí era una niña
presenciando lo inimaginable y lo fantástico.
Al
final de la obra el actor, el Fantasma de la Opera salía del telón a invitar al
público a colaborar comprando un bolso, llavero, un peluche de un monito objeto
representativo en la obra y prendedores de la obra, todo con el fin de
colaborar con las personas con VIH, compra con una causa social, pero finalmente
consumo y mercantilización de lo social.
El
efecto adormecedor de consciencia.
Volviendo
a los Centros Comerciales, que tienen la capacidad de hacerte olvidar el
tiempo, el primer día pasamos 6 horas en el, eso me pareció alucinante,
reflexione que comprar te puede abstraer de otras realidades de desigualdad e
injusticia y surte el efecto de adormecer consciencias e ideas, por el sentido
de bienestar que ir de compras genera. El círculo de vida sería trabajar para
comprar y para pertenecer porque esas son las reglas del sistema.
La
cultura de consumo, está tan inmersa en la consciencia de las personas, que se
reduce a la capacidad de compra, quizás dejando a un lado otros valores en
nuestra condición de seres humanas. Pero finalmente una de las Economías todavía
más fuertes del mundo necesita sostenerse de la promoción del consumo.
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Tomada en en Centro Comercial "Pentagon City"- Washintong D.C |
P.D
En la visita al Departamento de Estado en la Casa Blanca también encontramos
llaveritos, lápices, gorras y camisetas, una en color rosado “para niña” decía:
“Yo seré la próxima secretaria de Estado”
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