Algo de revolución, erotismo e historia en
El Castillo, Río San Juan-Nicaragua.
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El Castillo, San Carlos Río San Juan-Nicaragua. |
En este pueblito, de calles empedradas, las
casas son pequeñas, de madera, pintadas en colores pasteles rosado, celeste y
amarillo da la impresión como si todas hubieran sido colocadas como piezas de
un rompe cabezas, es un pueblo muy limpio, en la entrada de las casas, vi
alfombras hechas de varias tiritas de tela, parecía como un perrito peludo
dando la bienvenida.
Es un pueblo contado desde algún
cuento, con las calles empedradas, la fortaleza de El Castillo le suma un aire
me parece a mí hasta medieval, no es difícil imaginarse caminar por allí a
mujeres con vestidos de épocas y soldados con el uniforme de medias blancas y de
esas zapatillas chistosas.
Recuerdo la estación de policía pintada de
color azul-celeste estaba cerrada y afuera tendidos calzoncillos y la ropa
supongo de los Oficiales, me pareció gracioso, cotidiano y humano
por la visión de autoridad de la Policía, imagine haciendo alguna gestión y
conociendo ya el color de los calzones de los policías.
Es un sitio mágico, como si el tiempo aquí se
quedó detenido, cuando caminas hacia la fortaleza pasas por el lugar de los
raudales en esta parte el Río es más malcriado, cuentan que por allí aparece
por las noches el espanto de Rafaela Herrera, tenía ganas de encontrármela y
preguntarle: ¿Cómo llego a parar allí y que se siente ser heroína¿ Que me diera
su versión, pero no fue mi día de suerte.
Te
acordás de todas las historias de guerra, de revolución y de amistad que me
contaste, creo era necesario que sacarás todo aquello que guardabas, a cuantas
hombres como vos marcaron estos relatos de dolor, era una guerra necesaria se
dice, pero creo que rompió muchas almas y muchas de ellas no pudieron ser
sanadas y así con todo eso muchos como vos, les toco reconstruir sus sueños y
sus metas.
En algún momento con tus historias, me
siento ajena a la revolución esta que forma parte de la memoria histórica de
Nicaragua, de la que el gobierno se encarga de mitificarla y de atribuirse su
total protagonismo, la que me toco re-descubrir y re-construirla desde las
historias escuchadas y contadas por quiénes la vivieron, en los libros de sus
protagonistas del lado de los Sandinistas y luego desde lado de la contra, por
la marca de este hecho en nuestra historia,
para quienes nos nacimos para esa época, nos toca posicionarnos,
finalmente para mí no se trató de una lucha entre buenos y malos, al final de
esa historia revolución fue una lucha de pueblo contra pueblo, como se distinguía
un campesino de la contra con otro Sandinista ¿acaso no vivían la misma
desigualdad?
Recuerdo lo que te recordaba a vos te El
Castillo, tu encuentro apasionante en la Fortaleza con aquella Suiza, me gusta
pensar que aparte de librarse batallas heroicas hay toda un memoria de batallas
eróticas en la fortaleza.
Quiénes no han visitado El Castillo es un
sitio mágico que vale la pena vivirlo.
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